Pies valgos en niños

Pies valgos en niños (pies hacia afuera): cuándo es normal y cuándo consultar

Qué es el pie valgo en niños y por qué los pies pueden ir hacia afuera

El pie valgo describe una posición en la que el retropié tiende a desviarse hacia dentro y el arco parece más bajo; a menudo se acompaña de una marcha con los pies hacia afuera (rotación externa). En la infancia temprana esto suele ser fisiológico: el esqueleto y la musculatura están madurando, los ligamentos son más lachos y la coordinación neuromotora está en pleno desarrollo.

En consulta recuerdo a los padres que “no son adultos en miniatura; son niños en crecimiento”. Entre el inicio de la marcha y los 5–6 años, ver los pies hacia afuera es muy frecuente y no equivale a patología.

De 1 a 7 años: maduración ósea y muscular

  • Cadera y fémur: los ángulos y las torsiones cambian con la edad, afectando la orientación de las puntas de los pies.
  • Tibia y pie: puede existir torsión tibial externa leve y un pie plano flexible propio de la edad.
  • Control neuromuscular: cuanto más juega el niño en superficies variadas, más rápido mejora el control postural.

Es habitual que se cansen antes cuando el valguismo es marcado; la mecánica no permite a la musculatura “sacar toda la potencia”. Esto, por sí solo, no implica enfermedad.

Pie valgo, pie plano flexible y marcha en rotación externa: diferencias clave

  • Pie valgo: talón “cae” hacia dentro, arco bajo, corrige al ponerse de puntillas.
  • Pie plano flexible: arco bajo que aparece en descarga o de puntillas; no duele la mayoría de veces.
  • Marcha en rotación externa: puntas de los pies miran hacia afuera; suele mejorar con el crecimiento.
Test Pie valgo en puntillas

¿Es normal o hay que consultar? Señales de alarma por edades

Las siguientes situaciones justifican valoración profesional:

  • Dolor persistente en pies, tobillos, rodillas o gemelos.
  • Cojera, caídas frecuentes, rechazo claro a caminar o a jugar.
  • Asimetrías evidentes (un pie mucho más hacia afuera que el otro).
  • Rigidez (no corrige al ponerse de puntillas) o empeoramiento progresivo.
  • Antecedentes de sobrepeso significativo o deportes de impacto mal dosificados.

En mi práctica no suelo indicar tratamiento si no hay dolor, sobrepeso, o deporte de impacto que produzca sobrecarga. La observación activa y el consejo suelen ser suficientes.

Evolución esperable: qué suele pasar con el crecimiento

En la mayoría de niños la alineación mejora de forma natural.

Orientativamente:

EdadQué solemos observarMensaje para familias
12–36 mesesPies hacia afuera frecuentes, pie plano flexibleSuele ser normal; favorecer juego activo
3–5 añosMejoran la coordinación y el tonoLa marcha se va centrando; vigilar asimetrías
5–7 añosSe estabiliza la alineaciónReevaluar si persiste muy marcado o duele
>7 añosMantiene patrón propioConsultar si limita deporte o hay dolor/cojera

Cuando a los 6–7 años el patrón sigue muy marcado, reviso la mecánica completa (cadera-rodilla-tobillo-pie) y la carga deportiva para decidir si necesita ayuda.

Cómo lo valoramos en consulta

Observación de la marcha y alineación rótula-pie

Evaluamos la alineación de rótulas y pies, el apoyo plantar, el patrón de despegue y la simetría derecha-izquierda. También miramos el desgaste del calzado y probamos la corrección en puntillas.

Test de puntillas, huella y cuándo aporta el estudio de la pisada

  • Test de puntillas: si el arco aparece y el talón se centra, hablamos de pie plano flexible (generalmente benigno).
  • Huella y exploración: nos orientan sobre carga medial/lateral y laxitud.
  • Estudio de la pisada: lo reservo cuando hay dolor, deporte de impacto, asimetrías o cuando necesitamos objetivar sobrecargas.

Si sospechas que tu hijo necesita valoración profesional, puedes ver cómo trabajamos en Podólogía infantil en Barcelona (El Clot).

Tratamiento: cuándo observar y cuándo intervenir

Hábitos y ejercicios: juego descalzo seguro, equilibrio y fuerza

  • Juego descalzo (en superficies seguras) para activar musculatura intrínseca del pie.
  • Equilibrio (cojines inestables, rayuelas) y saltos dosificados para coordinación.
  • Subir puntillas y andar de talones como mini-rutina lúdica.

En mi experiencia, sólo con juego activo y ajustar la carga deportiva, muchos niños mejoran sin necesitar plantillas.

Calzado infantil: qué sí y qué no

  • : calzado flexible en antepié, contrafuerte firme, talla justa y sujeción.
  • No: suelas muy rígidas, exceso de cuña, calzado “corrector” sin indicación.

Plantillas personalizadas: indicaciones reales

Las plantillas pueden indicarse cuando existe dolor, sobrecarga por sobrepeso o deporte de impacto, o cuando hay asimetrías que perpetúan molestias. No tienen sentido como “prevención” universal.

Cuando hay dolor en gemelos o sobrecarga en el arco, una plantilla bien indicada y un plan de fuerza-movilidad suelen resolver el cuadro en pocas semanas.

Caso práctico en vídeo: pies muy abiertos en un niño de 16 meses

En este Short se ve a un niño de 16 meses caminando con las puntas muy abiertas hacia afuera:


Comentamos por qué, a esa edad, lo más probable es que sea fisiológico, cómo observar en casa (de puntillas, simetría) y cuándo pedir valoración.

Mitos frecuentes sobre el pie valgo en niños

  • Todos necesitan plantillas”: Falso. La mayoría no las precisa si no hay dolor ni limitación.
  • Si se cansa, es patológico”: no siempre; el eje mecánico inmaduro puede reducir la potencia muscular sin ser enfermedad.
  • El calzado corrector cura”: el zapato acompaña; el crecimiento y el juego activo son los protagonistas.

Preguntas frecuentes

¿A qué edad suele centrarse la marcha?

Entre los 3 y 7 años la mayoría de niños muestran una alineación más neutra de forma natural.

¿Cuándo debo consultar sin esperar?

Si hay dolor, cojera, asimetría marcada, caídas frecuentes o rigidez (no corrige en puntillas).

¿Hacer deporte empeora el pie valgo?

El deporte no es el problema; lo importante es dosificar impactos, variar superficies y fortalecer.

¿Las plantillas corrigen el hueso?

No “moldean” el hueso en niños sanos; su papel es distribuir cargas y reducir dolor/sobrecarga cuando está indicado.

Conclusión

El pie valgo y los pies hacia afuera en la infancia suelen ser variantes normales del desarrollo. Observa la simetría, el dolor y la tolerancia al juego. Si hay dudas, una valoración podológica infantil aclara el pronóstico y define si basta con consejo y ejercicios o conviene intervenir.

Link saliente recomendado (no competidor): para ampliar sobre la maduración de la marcha infantil, consulta un recurso de ortopedia pediátrica reconocido (formación para familias y profesionales).

¿Te preocupa la marcha de tu hijo?
Reserva una valoración con nuestro equipo de podología infantil. Atención cercana, explicación clara y plan a tu medida.

Alberto Martínez Oller — Podólogo. Experiencia clínica en podología pediátrica. En continua formación y orientado al paciente.

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Soy experto en biomecánica y profesor del Máster de podología pediátrica y del curso de técnicas manipulativas de columna y pelvis, en ellos disfruto formando a fisioterapeutas y podólogos en las competencias biomecánicas.

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