Una de las visitas en nuestra consulta podológica más frecuentes es el dolor en el talón.
Casi siempre podemos encontrar dos posibles motivos para dicho dolor localizado en la parte inferior y con frecuencia interna de la zona de nuestro talón.
Uno de los motivos puede ser estar delante de una fascitis plantar y el otro del que hablaremos en este artículo, es el espolón de calcáneo.
¿Cómo lo detectamos?
El espolón de calcáneo lo detectaremos a través de una radiografía de perfil del pie.
En la radiografía aparecerá una prominencia ósea en forma de “pincho” cuya base estará en el talón y que se proyectará en dirección anterior, es decir, la parte puntiaguda del pincho la veremos en dirección a los dedos.
Cuando a una persona con dolor en el talón, a la cual por protocolo se le realizaba una radiografía, le aparecía esta imagen en forma de pincho, rápidamente en nuestro cerebro se producía una relación causa/efecto. Pero la realidad es un poco más compleja.
Frecuentemente, tras realizar una radiografía del pie por una lesión como una torcedura de tobillo, podemos de forma casual encontrar una imagen en forma de pincho, el temido espolón. Pero curiosamente muchos pacientes al ser preguntados no refieren dolor en la zona.
Lo cual hace replantearnos muchos axiomas que teníamos aprendidos durante muchos años en medicina.
Intentaremos dar luz a la naturaleza del espolón, sus causas, sus tratamientos y su forma de prevenirlos, para con ello tener más herramientas a la hora de diagnosticar una lesión tan frecuente en consulta.
¿Qué es el espolón de calcáneo?
El espolón de calcáneo, que es el hueso localizado en el talón, es una calcificación de parte de las fibras que tenemos en la planta del pie, fascia y tendones. Esas fibras dan consistencia a la bóveda del pie.
La tensión mantenida en dichas fibras, puede hacer que un grupo indeterminado de ellas acaben rompiendo. Nuestro cuerpo intentará regenerarlas con más o menos éxito, provocará una inflamación para poder hacer llegar a la zona nuestras células con capacidad regenerativa. Dicha inflamación generará dolor en la zona, por la presión directa y porque al estar de pie la tensión dificulta la curación del tejido.
En esta fase podremos hablar de fascitis plantar. Pero cuando está fase se cronifica, nuestro cuerpo calcifica las fibras dañadas y es aquí cuando aparece la temida imagen del espolón de calcáneo.
Pero el dolor, no necesariamente se instaurará para siempre. Muchas personas conviven con dicha deformación de forma asintomática. Y sólo las personas cuya deformación es suficientemente voluminosa, o la forma de caminar recae mucho en el talón, generará el temido y limitante dolor del talón.
¿Qué lo causa?
Las causas que generarán un espolón de calcáneo serán por tanto, todas aquellas que estresen hasta llevar al colapso, las fibras que mantienen la bóveda del pie.
Aquí y no de forma casual, tendremos los mismos motivos que los que generan la fascitis plantar, pues no en vano, el espolón podemos considerarlo una cronificación de esta.
Factores de riesgo
Por tanto, personas con sobrepeso, calzados muy planos, trabajos donde debamos estar mucho tiempo de pie, deportes de impacto, de altas intensidades, con explosividad, posturas del pie poco eficientes como la pronación o personas con laxitud por poner algunos ejemplos, verán incrementado el riesgo de a lo largo de su vida, acabar desarrollando un espolón de calcáneo.
Tratamiento del espolón de calcáneo
El tratamiento más efectivo en fases iniciales es reducir todas las situaciones anteriormente expuestas para así no mantener las causas estresoras del sistema.
Tratamientos como las ondas de choque, serán grandes aliados para intentar deshacer la calcificación del espolón.
En casos donde la sintomatología dolorosa sea muy limitante siempre podremos ayudarnos de infiltraciones de corticoides o proloterapia.
Afortunadamente con todo lo anterior, la mayoría de los pacientes que acuden a nuestra consulta podológica suelen responder de forma favorable y son sólo una inmensa minoría los que acaban necesitando tratamiento quirúrgico.
Para prevenir la aparición del espolón de calcáneo, como en cualquier patología, debemos intentar minimizar las causas que lo facilitan. Por tanto, mantener un peso adecuado, controlar posturas del pie que estresan la fascia con algún tipo de plantilla y potenciaciones musculares, más si cabe si el paciente tiene un trabajo donde requiere estar largas horas de pie o si realiza actividades deportivas.
En todo caso y una vez expuesto todo lo anterior. Cualquier señal de dolor en la zona del talón deberá ser tratada por tanto a la menor brevedad posible, para que la cronificación no acabe produciendo como explicamos la aparición del espolón del calcáneo.
Si crees que tienes un espolón de calcáneo, ven a nuestra consulta de la clínica podológica MO para tratarlo.
Dr. Alberto Martínez Oller
Soy experto en biomecánica y profesor del Máster de podología pediátrica y del curso de técnicas manipulativas de columna y pelvis, en ellos disfruto formando a fisioterapeutas y podólogos en las competencias biomecánicas.