Con frecuencia oímos a amigos o familiares referir molestias en el talón por la mañana al levantarse, posiblemente les haya tocado luchar contra una de las patologías del pie más limitantes, la fascitis plantar (o también llamada fascitis talonar).
Índice de contenidos
- ¿Qué es la fascitis plantar?
- Anatomía de la fascia plantar
- Incidencia de la fascitis plantar
- Factores de riesgo
- Causas de la fascitis plantar
- Síntomas de la fascitis plantar
- Diagnóstico de la fascitis plantar
- Tratamiento de la fascitis plantar
- ¿Cuánto tarda en curar una fascitis plantar?
- ¿Cómo prevenirla?
- Terapias adicionales
- ¿Buscas un especialista en fascitis plantar?
- Testimonios
- Salimos en Prensa
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es una afección común que causa dolor en la planta del pie, especialmente en el área del talón.
La fascitis plantar se refiere a la inflamación de la fascia plantar, un tejido fibroso que se localiza en la parte inferior del pie. Esta banda de tejido se extiende desde el talón hasta la base de los dedos, desempeñando un papel fundamental en el soporte del arco y en la absorción de impactos durante la marcha.
Cuando la fascia plantar se inflama, puede provocar dolor intenso en el talón y en toda la planta del pie. Este dolor es característico, presentándose de forma aguda, especialmente al realizar los primeros pasos al despertarse o después de períodos prolongados de descanso.
Los síntomas pueden variar en intensidad a lo largo del día. Es común que el dolor disminuya tras realizar actividad física ligera, pero que regrese o empeore tras estar de pie durante mucho tiempo o al levantarse después de haber estado sentado.
- La fascitis plantar es una de las afecciones más comunes entre los adultos, especialmente aquellos que practican deportes de alto impacto.
- La condición puede afectar la calidad de vida, limitando la capacidad para moverse y realizar actividades cotidianas.
El tratamiento adecuado y la atención de los factores de riesgo son esenciales para la recuperación y la prevención de futuros episodios de dolor. Con el enfoque correcto, la mayoría de las personas logra mejorar su condición y retomar sus actividades diarias sin limitaciones significativas.
Anatomía de la fascia plantar
La fascia plantar es una estructura fibrosa que se localiza en la parte inferior del pie. Se extiende desde el hueso calcáneo, que conforma el talón, hasta los dedos, formando un soporte crucial para el arco del pie. Esta banda de tejido conectivo desempeña un papel fundamental en la amortiguación y la distribución de las fuerzas que se generan al caminar y al correr.
En su trayecto, la fascia plantar se divide en varias secciones, que se insertan en los metatarsianos. Estas divisiones permiten que la fascia se adapte a la dinámica del pie durante la actividad física, facilitando el movimiento y el equilibrio.
La composición de la fascia plantar se basa en tejido conectivo denso, lo que le otorga la resistencia necesaria para soportar las diferentes presiones que se ejercen sobre ella. Algunas características importantes incluyen:
- Elasticidad: Aporta flexibilidad al pie, permitiendo que se acomode a las actividades diarias.
- Distribución de cargas: Ayuda a equilibrar la carga sobre el pie, evitando lesiones y problemas mecánicos.
- Conexión con otros tejidos: Actúa en conjunto con los músculos, tendones y ligamentos, formando un sistema complejo que sostiene y mueve el pie.
La salud de la fascia plantar es vital para el funcionamiento adecuado del pie. Cualquier alteración en su estructura o funcionamiento puede provocar un impacto significativo en la movilidad y la calidad de vida. Una adecuada comprensión de su anatomía ayuda en el diagnóstico y tratamiento de afecciones relacionadas, así como en la implementación de estrategias de prevención.
Incidencia de la fascitis plantar
La fascitis plantar es una afección bastante común que afecta a un amplio segmento de la población. Se estima que entre un 20% y un 30% de las personas experimentarán síntomas relacionados con esta dolencia en algún momento de su vida.
Esta patología es especialmente prevalente en grupos específicos de la población. Las personas adultas, particularmente aquellas de entre 40 y 60 años, son las más afectadas. Sin embargo, también se observa un incremento en la incidencia entre individuos que participan en actividades deportivas que requieren correr, saltar o permanecer de pie durante períodos prolongados.
Entre los factores que contribuyen a la incidencia se encuentran:
- Edad: El riesgo aumenta con la edad, ya que la fascia plantar tiende a perder elasticidad y deteriorarse con el tiempo.
- Sobrepeso: La obesidad es un factor de riesgo significativo, ya que el aumento de peso ejerce presión adicional sobre la fascia.
- Actividades de alto impacto: Participar en deportes que requieren repetidos saltos o correr largas distancias puede incrementar la probabilidad de desarrollar esta condición.
La capacidad de esta afectación para interferir en la vida diaria la convierte en un problema importante tanto desde el punto de vista médico como social. Las estadísticas indican que muchas personas afectadas buscan atención médica y tratamientos específicos para aliviar el dolor y recuperar la funcionalidad del pie. Esto resalta la necesidad de mayor concienciación respecto a la prevención y manejo de la fascitis plantar.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo asociados a la fascitis plantar pueden influir en el desarrollo y la intensidad del dolor. Comprender estos factores es fundamental para implementar estrategias de prevención y tratamiento efectivo.
Sobrecarga y actividades de alto impacto
Las actividades físicas intensas, como correr o saltar, generan una carga constante sobre la fascia plantar. La sobrecarga repetida puede provocar irritación e inflamación, aumentando la probabilidad de desarrollar dolor en el talón.
Mecánica del pie
La anatomía y funcionamiento del pie desempeñan un papel crucial en la salud de la fascia plantar. Cualquier discrepancia en la mecánica del pie puede contribuir al riesgo de desarrollar fascitis.
Arcos altos y pie plano
Las personas con arcos altos, que distribuyen de manera poco eficaz el peso corporal, y las que tienen pies planos, que carecen de arco, presentan un mayor riesgo de tensión en la fascia plantar. Esta polaridad en la estructura del pie puede alterar la biomecánica al caminar.
Patrones de marcha anormales
Un patrón de marcha irregular, como un paso excesivamente duro o una marcha descompensada, puede poner tensión adicional sobre la fascia plantar. Esto puede resultar en dolor crónico o episodios recurrentes de inflamación.
Obesidad
El transporte de peso adicional sobre el pie puede ejercer una presión significativa sobre la fascia plantar. Las personas con sobrepeso son más susceptibles a desarrollar inflamación y dolor, los cuales pueden convertirse en un problema crónico si no se manejan adecuadamente.
Calzado inadecuado
El uso de calzado sin el soporte adecuado para el arco o con suelas demasiado finas puede ser una causa importante de la fascitis plantar. Un calzado inapropiado no solo disminuye la estabilidad, sino que también impide una correcta distribución de la presión durante la marcha.
Edad
Con el paso del tiempo, la fascia plantar tiende a perder elasticidad y fuerza, lo que aumenta la predisposición a lesiones. Así, las personas mayores experimentan con más frecuencia problemas en la fascia plantar, como resultado de los cambios naturales en sus tejidos.
Estilo de vida sedentario
La falta de actividad física puede debilitar los músculos de las piernas y la fascia plantar, haciéndolos más vulnerables al daño. Retomar la actividad sin una preparación adecuada puede provocar lesiones, incluido el dolor en el talón.
Causas de la fascitis plantar
La identificación de las causas subyacentes es crucial para abordar la fascitis plantar. Estas pueden ser diversas y, a menudo, se combinan para provocar la inflamación de la fascia plantar.
Estrés repetitivo
El estrés repetitivo es uno de los factores más importantes que contribuyen al desarrollo de la fascitis plantar. Actividades que requieren una alta carga sobre los pies, como correr, saltar o estar de pie durante largos períodos, pueden llevar a un sobreesfuerzo en la fascia plantar.
Esto suele manifestarse en personas que realizan ejercicios sin un adecuado período de adaptación. La falta de descanso también puede ser un factor determinante, ya que permite que la fascia no tenga la oportunidad de recuperarse adecuadamente.
Condiciones médicas subyacentes
Existen varias condiciones médicas que pueden predispone a la persona a desarrollar fascitis talonar. Algunas de estas incluyen:
- Diabetes: Puede afectar la circulación y la salud de los tejidos.
- Artritis: La inflamación articular puede influir en la mecánica del pie.
- Enfermedades metabólicas: Pueden modificar el metabolismo del colágeno y, por ende, la elasticidad del tejido.
Estas condiciones pueden comprometer la estructura y función de la fascia plantar, aumentando el riesgo de inflamación.
Tensión en la fascia plantar
La tensión excesiva en la fascia plantar es una de las causas más comunes de dolor. Esta tensión puede ser el resultado de distintos factores:
Consecuencias del sobrepeso
El sobrepeso ejerce una presión adicional sobre la fascia plantar. Cada paso que da la persona implica un esfuerzo extra para la fascia, lo que puede causar microlesiones. Con el tiempo, estas microlesiones pueden desencadenar una inflamación significativa.
La acumulación de peso puede ser devastadora para la salud de los pies, ya que el aumento de la carga ocasiona que la fascia se estire más de lo habitual, contribuyendo al desarrollo de síntomas dolorosos.
Importancia del calzado adecuado
El tipo de calzado utilizado desempeña un papel fundamental en la salud del pie. Los zapatos que no proporcionan un adecuado soporte para el arco o que tienen suelas demasiado delgadas pueden propiciar una tensión excesiva en la fascia plantar. Asimismo, el calzado inadecuado puede alterar la mecánica del pie, contribuyendo a una distribución desigual del peso.
Usar zapatos con una adecuada amortiguación y soporte puede contribuir significativamente a prevenir la aparición de la fascitis talonar. Es fundamental considerar la actividad para la cual se elige el calzado, ya que diferentes deportes y situaciones requieren distintos niveles de soporte y protección.
Síntomas de la fascitis plantar
Si te preguntas dónde duele la fascitis plantar, el síntoma principal es dolor en el talón, que puede ser agudo o punzante. El dolor suele ser más intenso por la mañana al dar los primeros pasos o después de períodos prolongados de descanso. También puede haber rigidez o sensibilidad en el talón.
La identificación de los síntomas es crucial para el diagnóstico y tratamiento adecuado de la fascitis plantar. Los pacientes suelen experimentar una variedad de molestias que pueden afectar su bienestar general y sus actividades diarias.
Dolor punzante en el pie
Uno de los síntomas más característicos es el dolor punzante localizado en la parte inferior del pie, justo delante del talón. Este dolor, a menudo descrito como agudo, tiende a presentarse al dar los primeros pasos en la mañana o tras largos períodos de inactividad. La intensidad puede variar, pero generalmente se agrava con la actividad física o después de permanecer de pie durante mucho tiempo.
Hinchazón y enrojecimiento
En muchos casos, puede aparecer inflamación en la zona afectada. La hinchazón suele ser leve, pero es perceptible y puede ir acompañada de enrojecimiento. Esta inflamación es un indicativo de la irritación y el daño en la fascia plantar, y puede intensificarse tras la actividad física o al final del día.
Dolor tras periodos de inmovilidad
Una característica notable de los síntomas es el dolor que se presenta tras períodos de inmovilidad. Los pacientes reportan un aumento del dolor al levantarse después de haber estado sentados o acostados. Este síntoma es particularmente frustrante, ya que interfiere con actividades cotidianas como levantarse de la cama por la mañana o ponerse de pie tras un largo rato sentado.
Evolución del dolor a lo largo del día
La evolución del dolor a lo largo del día puede variar considerablemente. Generalmente, muchos pacientes informan que el dolor disminuye después de un periodo de calentamiento o actividad ligera, pero puede volver a intensificarse tras haber estado de pie por mucho tiempo. Esta ciclicidad puede afectar la capacidad del paciente para realizar actividades que requieren permanecer de pie.
Impacto en la calidad de vida
Los síntomas no solo provocan una incomodidad física, sino que también pueden influir en la calidad de vida del paciente. La presencia constante de dolor y la limitación en la movilidad pueden llevar a un estado de frustración y estrés. Esto puede tener repercusiones en la vida laboral, recreativa y emocional del individuo, haciendo que actividades diarias se conviertan en un reto. La incapacidad para realizar ejercicio o actividades al aire libre debido a la incomodidad puede resultar en una disminución del bienestar general.
El diagnóstico de la fascitis plantar generalmente se basa en los síntomas y en un examen físico realizado por un podólogo. En algunos casos, pueden ser necesarios exámenes adicionales, como radiografías o una resonancia magnética, para descartar otras posibles causas del dolor.
Diagnóstico de la fascitis plantar
La evaluación adecuada de la fascitis plantar es crucial para determinar el tratamiento más efectivo. El diagnóstico se basa principalmente en una evaluación clínica junto con pruebas de diagnóstico por imágenes si es necesario. A continuación, se describen los métodos utilizados en el diagnóstico de esta afección.
Evaluación clínica
La evaluación clínica es el primer paso para diagnosticar la fascitis plantar. Involucra la recopilación de información a través del historial médico y un examen físico detallado.
Historial médico y examen físico
El médico comenzará por revisar la historia clínica del paciente, centrándose en los síntomas, su duración y su evolución. Es fundamental conocer cualquier actividad física, tipo de calzado utilizado y hábitos que puedan afectar la salud del pie. El examen físico se centrará en localizar la zona de dolor y evaluar la funcionalidad del pie.
Puntos sensibles en el pie
Durante el examen físico, se buscarán puntos específicos que puedan indicar inflamación en la fascia plantar. Normalmente, el dolor se localiza en la parte inferior del talón, y puede intensificarse al aplicar presión en ciertos puntos, lo que ayuda al médico a confirmar el diagnóstico.
Pruebas de diagnóstico por imágenes
En algunos casos, se pueden requerir pruebas de diagnóstico por imágenes para obtener una visión más clara de la condición del pie. Estas pruebas ayudan a descartar otras afecciones que pueden causar síntomas similares.
Radiografías
Las radiografías son útiles para visualizar los huesos del pie y detectar posibles deformidades o lesión ósea. También pueden identificar la presencia de espolones óseos, que son a menudo asociados con la fascitis talonar, aunque no son la causa directa del dolor.
Resonancias magnéticas
La resonancia magnética es un método avanzado que proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos y puede ayudar a evaluar el estado de la fascia plantar. Esta prueba se utiliza sobre todo en casos en los que hay duda sobre el diagnóstico o cuando se sospecha de otras afecciones subyacentes.
Espolones óseos
Los espolones óseos son crecimientos óseos que pueden formarse en el talón como resultado de la tensión crónica en la fascia plantar. Aunque su presencia puede ser visible en las radiografías, es importante señalar que no todos los espolones causan dolor, y el tratamiento variará según el diagnóstico completo de la condición del pie.
Tratamiento de la fascitis plantar
Existen diferentes enfoques para tratar la fascitis plantar, que van desde opciones conservadoras hasta tratamientos más avanzados. El objetivo principal es aliviar el dolor y la inflamación, promoviendo la curación de la fascia plantar y restaurando la funcionalidad del pie.
Las medidas conservadoras incluyen descanso, aplicación de hielo, estiramientos y fortalecimiento de los músculos del pie, uso de calzado adecuado con soporte y amortiguación, y el uso de plantillas ortopédicas para mejorar la distribución del peso en el pie. En casos más graves o persistentes, se pueden recomendar terapias físicas, inyecciones de corticosteroides o, en casos raros, cirugía.
Tratamientos conservadores
Medicamentos antiinflamatorios
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) son comúnmente utilizados para mitigar el dolor y la inflamación asociada con la fascitis talonar. Fármacos como el ibuprofeno y el naproxeno pueden ser efectivos y son accesibles sin receta médica. Se recomienda seguir las indicaciones del prospecto y no exceder las dosis recomendadas.
Terapia manual
La terapia manual, realizada por fisioterapeutas cualificados, puede ayudar a mejorar la movilidad y reducir el dolor. Técnicas como masajes profundos, manipulación de tejidos blandos y movilizaciones articulares son aplicadas para aliviar la tensión en la fascia plantar y los músculos circundantes, promoviendo una recuperación más rápida.
Férulas nocturnas
Las férulas nocturnas son dispositivos ortopédicos que se utilizan para mantener el pie en una posición estirada mientras se duerme. Al mantener la fascia plantar en un estado elongado durante la noche, se puede reducir la rigidez matutina y, con el tiempo, mejorar la flexibilidad del tejido. Este método suele recomendarse como parte de un plan de tratamiento integral.
Ortesis y plantillas
El uso de ortesis personalizadas o plantillas en los zapatos permite distribuir la presión de manera uniforme a lo largo de la planta del pie. Estas ayudas ortopédicas pueden mejorar la alineación del pie y reducir el estrés sobre la fascia plantar. Es importante consultar con un especialista que pueda realizar un análisis biomecánico adecuado para seleccionar la ortesis más apropiada.
Aplicación de frío
La terapia de frío es una técnica eficaz que puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor en la fascia plantar. Se recomienda aplicar compresas frías o hielo en la zona afectada durante 15-20 minutos varias veces al día, especialmente después de actividad física, para minimizar la hinchazón y la molestia.
Deportes de bajo impacto
Incorporar actividades físicas de bajo impacto, como nadar o andar en bicicleta, puede ser beneficioso para mantener la condición física sin agravar la fascitis talonar. Estas actividades permiten ejercitarse y fortalecer la musculatura de las piernas sin someter a la fascia plantar a tensiones excesivas, facilitando así un proceso de recuperación más saludable.
Tratamientos avanzados
Inyecciones de esteroides
En casos severos de fascitis plantar, las inyecciones de esteroides pueden ser consideradas. Este tratamiento se utiliza para reducir la inflamación en la fascia plantar de forma más directa y rápida. Aunque puede proporcionar un alivio significativo, se debe utilizar con precaución y bajo supervisión médica, ya que no es una opción a largo plazo.
Terapias de ondas de choque
Las terapias de ondas de choque extracorpóreas se utilizan para promover la curación del tejido dañado. Este tratamiento consiste en aplicar ondas sonoras en la zona afectada, estimulando la regeneración celular y aliviando el dolor. Generalmente se recomienda para aquellos pacientes que no han respondido a tratamientos más convencionales.
Cirugía
La cirugía es considerada como último recurso y se reserva para los casos en los que las terapias conservadoras y avanzadas no han ofrecido resultados satisfactorios después de un periodo prolongado. Existen diversas técnicas quirúrgicas, siendo la liberación del arco plantar una de las más comunes, y la decisión sobre intervención quirúrgica debe ser evaluada cuidadosamente por un especialista.
Enfermedades y afecciones asociadas
Es fundamental tener en cuenta que la fascitis plantar puede coexistir con otras afecciones del pie, como tendinitis, esguinces o bursitis. Una evaluación exhaustiva por un profesional de la salud permitirá identificar cualquier condición subyacente que pueda estar contribuyendo al dolor y, por lo tanto, necesitará ser tratada de manera coincidente para lograr una recuperación completa.
Para aliviar los síntomas de la fascitis plantar, puedes seguir algunos consejos adicionales, como aplicar hielo en el área dolorida, evitar caminar descalzo sobre superficies duras, usar calzado de apoyo incluso en casa, evitar actividades que agraven el dolor y mantener un peso saludable.
¿Cuánto tarda en curar una fascitis plantar?
El tiempo de recuperación puede variar según la gravedad de la lesión y el tratamiento recibido. En la mayoría de los casos, los síntomas mejoran con medidas conservadoras en un período de varias semanas a meses. Sin embargo, en casos más graves o crónicos, puede llevar más tiempo recuperarse por completo.
La fascitis plantar, como hemos comentado en otros posts, puede tardar mucho en curar y posiblemente es a causa de que no estamos enfocando una patología que es multifactorial con un tratamiento multidisciplinar.
Es decir, la tensión que están soportando las fibras de la planta del pie, es consecuencia de Fuerzas como es el peso, que se ve multiplicada en función de la velocidad de la actividad laboral o deportiva, sumado a determinadas posiciones del pie que pueden favorecer dicho estrés, una alimentación inadecuada, una hipersensibilización de la zona, un calzado inapropiado… entre otras… Por lo tanto, es muy importante tratar la fascitis de forma global y coetánea.
El trabajo con el entrenador, el fisioterapeuta, osteópata, las terapias antiinflamatorias, los recuperadores físicos, los podólogos, el nutricionista etc, deberían ser todas a la vez para que un abordaje conjunto, no deje sin atender a las diversas causas que la favorecen.
Así y sólo así podremos obtener unos resultados satisfactorios en poco tiempo.
¿Cómo prevenirla?
Para prevenir la fascitis plantar, es importante mantener un peso saludable, usar calzado adecuado para cada actividad física, evitar el uso excesivo del pie y realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de los músculos del pie y la pantorrilla regularmente.
Ejercicios y estiramientos
Los ejercicios y estiramientos pueden ser beneficiosos para aliviar y prevenir la fascitis plantar. Algunos ejemplos incluyen el estiramiento de la fascia plantar, estiramientos de la pantorrilla, ejercicios de fortalecimiento de los músculos del pie y la pantorrilla, como levantar los dedos de los pies o hacer ejercicios de flexión y extensión del pie.
Aquí te presentamos un pequeño vídeo dónde puedes ver un ejercicio sencillo que puede ayudarte a mejorar.
Pues bien , si una imagen vale más que mil palabras, los videos de los amigos de @Fyxbody son de una capacidad didáctica sin precedentes.
Os recomiendo a todos los que necesitéis de algún plan específico de ejercicios, que le deis un vistazo.
Terapias adicionales
Además de los ejercicios, existen otras terapias que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la fascitis plantar. Estas incluyen la terapia de ondas de choque, fisioterapia, masajes, acupuntura y el uso de dispositivos de terapia nocturna para estirar la fascia mientras duermes.
Recuerda que esta información es solo de carácter informativo y no reemplaza la consulta médica. Si presentas síntomas de fascitis plantar, es importante que consultes a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.
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Testimonios
Todo un acierto, deje de correr por fascitis plantar, meses haciendo diferentes tratamientos hasta que los descubri. Ahora sin dolor.
Fui por una fascitis plantar , que llevaba arrastrando 5 meses y dolores de espalda recurrentes , el dr me hizo el estudio de la pisada , y se me proporcionaron unas plantillas ,al llevarlas 15 días en el trabajo y haciendo ejercicios por la mañana, me ha desaparecido la fascitis y los dolores de espalda.En resumen encantado de la atención y el resultado, no puedes pedir más «FELICIDAD en el día a dia
Muy buenos profesionales.
Desde el primer contacto,
muy buena comunicación e interés por resolver tanto dudas como el problema que venía acarreando desde hace algo más de un año.
En mi caso, fascitis plantar que últimamente había incluso provocado ciática. Muchas horas trabajando de pie y en movimiento.
A 4 días de ir con las plantillas personalizadas he notado un cambio muy positivo tanto en la sensación de la pisada (piso más estable y con más seguridad) como en el dolor e inflamación.
Espero mejorar aún más.
Muy recomendable!
El caso de Francesc
Os presento a FRANCESC BONJORN. Uno de esos pacientes que yo considero héroes.
Tras sufrir una caída en moto, y con patología de cadera más alteraciones sensitivo motoras importantes, por traumatismo craneoencefálico, finalmente y después de mucho trabajo, volvió al deporte que le apasiona.
Volvió a correr, corrió con más ganas y empeño que nunca, corrió con su amado club situado en Poblenou en Barcelona, corrió como lo hacen los grandes, logrando ser tercero en 200 m lisos de los campeonatos de pista cubierta ayer domingo en el Palau Sant Jordi.
Sus pies le pesaban, pero desde la distancia habíamos intentado darles alas en forma de plantillas deportivas para conseguir sus retos y minimizar sus molestias.
Aquellas molestias de cadera, aquella fascitis plantar de los dos pies, empezaban a ser historia. Y dijimos bye bye a la fascitis plantar.
Pues bien, a media mañana, una llamada suya con un «Alberto, lo hemos conseguido» me ha emocionado.
Por todo lo que lo que lo vi sufrir.
Por todo lo que este tiempo hemos trabajado de forma conjunta.
Por ver como la voluntad venció a los pronósticos.
Francesc Bonjorn no es famoso, pero debe ser ejemplo para muchos.
Muchos quizá ya lo conocéis por estar en el mismo club, para todos los demás…
Aquí un grande.
Salimos en Prensa
¿Por qué las plantillas son esenciales para la recuperación de la fascitis plantar después del verano?
Dr. Alberto Martínez Oller
Soy experto en biomecánica y profesor del Máster de podología pediátrica y del curso de técnicas manipulativas de columna y pelvis, en ellos disfruto formando a fisioterapeutas y podólogos en las competencias biomecánicas.