¿Por qué me salen duricias en el pie?
Las duricias o callos en los pies, es un motivo muy frecuente en la consulta.
Como podólogos, no sólo realizamos el tratamiento de la callosidad si no que intentamos dar la mejor explicación del problema.
Para que el paciente que acude por una podología de máxima calidad además tenga herramientas para afrontar las diferentes soluciones.
Si tienes callos o duricias contáctanos para aliviar el dolor, revisar y tratar las causas que los provocan. Este tipo de tratamiento se llama quiropodología.
Tipos de callos o duricias
Los callos son formaciones queratósicas formadas por células de piel sin vida. Pueden ocupar desde un milímetro hasta varios centímetros.
Normalmente las lesiones milimétricas alcanzan profundidad y suelen ser más dolorosas, pues al caminar las exponemos a presiones que impactan directamente sobre terminales nerviosas. Estas lesiones milimétricas se suelen localizar entre los dedos, en el dorso de los dedos o bajo relieves óseos de la planta como las Cabezas metatarsales, esa pequeña zona almohadillada de la zona anterior del pie.
Las lesiones más extensas siempre tendrán menor profundidad, localizadas en zonas de talón y zona almohadillada anterior en la planta del pie. Pueden ser asintomáticas y simplemente presentar un problema estético, aunque es cuestión de tiempo que empiece a generar problemas sobre todo en la almohadilla del pie.
¿Cómo se crean los callos en los pies?
Las duricias responde a fricciones o presiones superiores a la tolerancia del tejido.
La muerte celular prematura, en forma de duricias, callosidades o ulceraciones no es casual.
Se provoca un compromiso vascular donde el normal riego sanguíneo queda alterado, normalmente por alteraciones en la distribución de las presiones del pie.
Esa falta de sangre en los tejidos conlleva lógicamente que haya una falta de oxígeno y nutrientes en las células que sufren esas presiones o fricciones, por lo que acaban muriendo precipitadamente antes de la descamación normal.
Y ahí empieza un círculo vicioso, si la presión por ejemplo fue la que generó esa falta riego sanguíneo, ahora esa presión se ve aumentada por el grosor de la piel lesionada, provocando aún más dolor.
¿Qué causa callos en el pie?
Las causas que generan callosidades y duricias pueden ser diversas y en su mayoría es un cúmulo de circunstancias.
El uso de calzado inadecuado, tanto por sus medidas a lo largo a lo ancho. Ese conflicto entre continente (el zapato) y contenido (el pie), generará fricciones normalmente en laterales y el dorso de los dedos.
Las deformaciones del pie que tenemos desde que nacemos, o que van evolucionando por no tener un control sobre las fuerzas que llegan al pie, generan zonas de conflicto, aunque el Calzado parezca que es correcto, un ejemplo claro serían los juanetes o Hallux Valgus.
La mayoría de los deportes practicados con alta frecuencia o intensidad también es causa de presiones que se repiten con tal frecuencia en algunas áreas del pie que acaban comprometiendo también ese normal flujo de oxígeno y nutrientes.
Los trabajos en los que tengamos la necesidad de estar de pie durante muchas horas, las presiones mantenidas en determinados puntos del pie que acaban comprometiendo ese flujo tan importante de sangre, generando como respuesta esas hiperqueratosis tan molestas.
Determinadas enfermedades dermatológicas también pueden favorecer ese aumento de capa cornea que es la hiperqueratosis, aquí encontraríamos dermatitis como en la psoriasis.
¿Cómo los podemos prevenir?
Pues teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, intentando siempre que la situación lo permita evitar las presiones mantenidas de forma intensa en cualquier zona del pie.
Eso implica entonces, elegir un calzado acorde a las características de nuestros pies, procurar variar las presiones que llegan al pie no manteniendo en lo posible la misma postura durante largo tiempo.
Siendo conscientes de que el pie si tiene alguna alteración postural, generará deformaciones que acabaran dando conflictos con el Calzado, así que acudir al podólogo es la mejor opción.
Entender que el deporte casi siempre tiene como primer eslabón los pies, por lo que debemos entender que es cuestión de tiempo, aunque hoy no lo notes, que tus pies empiecen a dar signos de fatiga por el número de horas de deporte acumuladas. Revisa tu pisada.
La aplicación de cremas hidratantes reduce el estrés de las zonas expuestas a esas presiones poco deseables, aumentando la cantidad de agua dentro de las células y generando también cierta exfoliación superficial. Pero no podemos esperar solo con eso grandes logros.
¿Como los tratamos en la Consulta Podológica?
Si pese a todo, esas callosidades te aparecen, también ponemos solución.
En la Consulta tenemos Podólogos expertos para cada caso.
Este tipo de tratamiento se llama Quiropodia y consiste en la eliminación de la callosidad.
La eliminamos capa sobre capa de piel muerta, con bisturís que variaran su forma y medida en función del tipo de lesión a tratar, de si es por ejemplo más profunda o superficial, más extensa o más localizada.
Posteriormente y una vez valorado cada caso, explicamos que es lo que probablemente esta generando el conflicto que hace que esa molesta piel muerta nos esté haciendo tanto daño. Para tratar no sólo la duricia si no también las causas que están provocando tales lesiones.
Si la duricia no se trata correctamente cuando aparece, querremos evitar esa molestia o dolor modificando la postura del pie, provocando la aparición de otro callo en otras áreas y potencialmente comprometiendo estructuras musculares y articulares del resto del aparato locomotor.
Es muy importante en estos casos la realización de un estudio biomecánico de la marcha por nuestros mejores podólogos de Barcelona para que se determine las posibles causas de la lesión.
Para tatar y curar tus duricias o callos del pie, no dudes en contactar con nuestra clínica podológica en Barcelona.
Si tienes callos o duricias contáctanos para aliviar el dolor, revisar y tratar las causas que los provocan.