El pie de atleta, también conocido como tiña podal o tinea pedis, es una infección fúngica muy común que afecta a la piel de los pies, especialmente entre los dedos. Aunque no es una afección grave, puede ser muy molesta y, si no se trata adecuadamente, puede cronificarse o extenderse a otras zonas del cuerpo.
Como podólogo, me encuentro con esta patología de forma habitual en consulta. A continuación te explico en detalle qué es el pie de atleta, cómo se contagia, cómo tratarlo correctamente y qué puedes hacer para evitar que vuelva a aparecer.
¿Qué es el pie de atleta?
El pie de atleta es una infección causada por hongos dermatofitos que se desarrollan en ambientes cálidos y húmedos, como el interior del calzado o las duchas públicas. Estos hongos se alimentan de queratina, una proteína presente en la piel, el pelo y las uñas.
Aunque puede afectar a cualquier persona, es más común en deportistas (de ahí su nombre), personas que sudan mucho, que usan calzado cerrado durante muchas horas o que frecuentan piscinas y vestuarios públicos.
Causas del pie de atleta
El contagio del pie de atleta se produce por contacto directo con el hongo o por superficies contaminadas. Estas son las causas más comunes:
- Caminar descalzo en duchas, gimnasios o piscinas públicas.
- Usar calzado cerrado durante muchas horas, sin ventilación adecuada.
- Sudoración excesiva o mal secado de los pies, sobre todo entre los dedos.
- Compartir toallas, zapatos o calcetines.
- Sistema inmunológico debilitado.
¿Cuáles son los síntomas del pie de atleta?
Los síntomas del pie de atleta pueden variar según la zona afectada y el tipo de hongo, pero los más frecuentes son:
- Picor intenso, sobre todo entre los dedos del pie.
- Enrojecimiento, irritación o inflamación de la piel.
- Piel seca, escamosa o agrietada, que a veces se pela.
- Sensación de quemazón o escozor al caminar.
- Mal olor en los pies.
- En casos avanzados, pueden aparecer ampollas o incluso pequeñas heridas.
Zonas más afectadas
- Entre los dedos del pie (especialmente entre el cuarto y quinto dedo): forma más común.
- Planta del pie: puede presentar piel engrosada, seca o escamosa.
- Laterales del pie o incluso uñas (en casos avanzados puede derivar en onicomicosis).
Diagnóstico profesional
En muchas ocasiones, las personas confunden el pie de atleta con una simple irritación o sequedad de la piel. Por eso, si los síntomas persisten, lo más recomendable es acudir a un podólogo. En Podología Clot, realizamos un diagnóstico clínico preciso y, si es necesario, solicitamos un cultivo para identificar el tipo exacto de hongo.
Tratamiento del pie de atleta
El tratamiento depende del grado de afectación, pero en general incluye:
1. Antifúngicos tópicos
- Cremas, geles o polvos antifúngicos de venta en farmacia (clotrimazol, miconazol, terbinafina…).
- Deben aplicarse entre 2 y 4 semanas, incluso si los síntomas desaparecen antes.
2. Antifúngicos orales
- En casos graves o recurrentes, el podólogo puede prescribir tratamiento oral.
- Importante seguir la pauta completa para evitar recaídas.
3. Higiene estricta
- Lavar los pies a diario con agua tibia y jabón.
- Secar muy bien, especialmente entre los dedos.
4. Cambio de calzado y calcetines
- Usar zapatos transpirables y evitar materiales sintéticos.
- Cambiar los calcetines cada día (o más de una vez al día si hay sudoración excesiva).
5. Desinfección de objetos personales
- Lavar calcetines y toallas con agua caliente.
- Desinfectar el calzado con sprays antifúngicos.
¿Cuánto tarda en curarse?
El pie de atleta suele mejorar en una o dos semanas con el tratamiento adecuado, aunque puede tardar más en casos avanzados o si no se siguen las indicaciones. Lo más importante es no interrumpir el tratamiento aunque los síntomas desaparezcan.
Prevención del pie de atleta
Estas recomendaciones te ayudarán a evitar que el pie de atleta vuelva a aparecer:
- Seca bien tus pies después de la ducha, especialmente entre los dedos.
- Usa chanclas en duchas y vestuarios públicos.
- Cambia los calcetines a diario y evita los de tejidos sintéticos.
- Alterna el calzado y deja que se ventile después de usarlo.
- Utiliza polvos antifúngicos preventivos si tiendes a sudar mucho.
- Evita compartir toallas, zapatos o cortauñas.
- Consulta con un podólogo ante los primeros síntomas.
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En nuestra clínica Podológica en Barcelona contamos con la experiencia necesaria para ayudarte a tratar el pie de atleta y evitar que se convierta en un problema crónico. Analizamos tu caso de forma individual, identificamos el tipo de hongo y te damos el tratamiento más adecuado, acompañado de pautas personalizadas para prevenir futuras infecciones.
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Conclusión
El pie de atleta es una infección muy común, pero también muy tratable si se actúa a tiempo. El secreto está en una buena higiene, un diagnóstico profesional y seguir el tratamiento hasta el final. No dejes que una infección leve se convierta en un problema mayor: si tienes dudas o síntomas persistentes, cuenta con el apoyo de un podólogo de confianza.

Dr. Alberto Martínez Oller
Soy experto en biomecánica y profesor del Máster de podología pediátrica y del curso de técnicas manipulativas de columna y pelvis, en ellos disfruto formando a fisioterapeutas y podólogos en las competencias biomecánicas.